13 de junio de 2015

Siempre hay espacio para uno más.....

Quiero compartir con todos el discurso que tuve el honor de leer el jueves pasado, como Orador de Orden en el Acto de Grado de la Universidad Metropolitana de Caracas. El título de la entrada hace mención a algo esencial que subyace en el discurso y es que siempre hay espacio para nuevas cosas, para personas que ven las cosas de forma diferente y que desean crear y construir....


Comienzo por decirles que soy una persona audaz en todo lo que emprendo en la vida. En todos los sentidos. He de confesarles que esa audacia me ha llevado a vivir muchas situaciones difíciles. Cuando corres un maratón y llegas al kilómetro 30 tienes una lista interminable de pensamientos que te llevan a cuestionarte acerca de porqué te has metido en una tortura como esa. Es verdad que la audacia te enfrenta a situaciones que no son cómodas. Yo siempre me he propuesto aprender de esas situaciones difíciles. Pero también he de reconocer que la misma audacia me ha llevado a enfrentar muchos desafíos que resultaron fantásticos, a conocer cosas fascinantes y a compartir con personas maravillosas a lo largo de todo el mundo. Y resalto el verbo que he utilizado en la frase anterior. CONOCER. Hablemos, entonces, de conocimiento. ….
 Ustedes dan por terminada una etapa entrañable en este templo del conocimiento y se encaminan a territorios desconocidos. La Universidad Metropolitana ha sido y será su casa y se ha esforzado durante estos años en poner a su disposición el entorno perfecto para descubrirse a si mismos, para ayudarles a entender cuales son sus fortalezas y sus debilidades, para motivarles a encontrar el conocimiento y también a absorberlo de la mejor manera, para guiarles a explorar el trabajo en equipo y entender el poder de la colaboración. Están ante una etapa de la vida en la que finalizan el recorrido de unas rutas que ya son muy conocidas para ustedes, para comenzar otras rutas todavía desconocidas y, no lo duden, seguro que apasionantes.
 Pero quiero hablarles un instante de mi persona, que con toda humildad agradece tener esta oportunidad el día de hoy. Nunca imaginé una situación como esta que ahora estoy viviendo. Estar aquí, hablándoles a ustedes en un día tan especial. Nunca imaginé que tendría un honor de estas características y, por cierto, de tan gran responsabilidad.
 Nunca imaginé que iba a salir de España, hace ya 15 años, para aprovechar la oportunidad y la bendición de trabajar 8 años en Perú y 7 años en Venezuela.
 Nunca imaginé que sería Presidente de bancos tan importantes como el BanBif en Perú, al que llegué con 37 años y como el Banco Exterior en Venezuela.
 Honestamente, nunca me lo imaginé. Cuando terminé mis estudios en la Universidad Autónoma de Madrid en 1987, estaba esperándome mi primer contrato en Arthur Andersen y enormes expectativas acerca de lo que haría en mi vida laboral. Pero tantas cosas que he vivido no podía imaginarlas. Y quizás se pregunten como se consigue que cosas así sucedan….
 La respuesta es compleja, como complejo es el mundo al que se van a enfrentar a partir de ahora. Lo que puedo asegurarles es que siempre viajé a enfrentar esas oportunidades con una maleta llena de sueños y también de algunos miedos. Y aunque era imposible planificar o imaginar todo lo que me ha pasado, les puedo decir las cosas que SI siempre imaginé que estarían presentes en mi vida y que mis estudios y mi familia me inculcaron:
 1.- El trabajo duro.
2.- La humildad y el respeto.
3.- Recibir responsabilidad y aceptarla.
4.- Generar confianza y responder a ella.
 Con esas herramientas, en mi equipaje de forma permanente, siempre me permití el dejarme sorprender por la vida. Nunca dejé (en realidad sigo sin dejar…) de observar qué se veía a través de una ventana abierta o de asomarme a una puerta entornada. Y les recomiendo que ustedes tampoco dejen de hacerlo nunca. El miedo (el que viaja inseparable a nuestro lado bien instalado en nuestra maleta) siempre estará presente ante la incertidumbre de lo que se pueden encontrar al mirar a través de algunas ventanas abiertas. Pero les garantizo que cuando sientan ese miedo, ese estómago encogido y la boca seca, grandes oportunidades se están presentando ante ustedes. Es un buen síntoma. Lo fácil nunca genera adrenalina. No lo olviden.
 Todo su esfuerzo de estos años, no dudo que muy importante, tiene un enemigo duro y persistente que nunca va a dejar de amenazarles e intentar cautivarles. La zona de confort. Permitan que haga una cita de un pasaje del Origen de las Especies de Charles Darwin:
 “En la evolución de las especies, la armadura protectora casi siempre produjo desastres. Salvo unas pocas excepciones, la mayoría de las veces el caparazón se convierte en una traba para el animal encerrado en él, lo vuelve más lento, con lo cual le resulta difícil salir en busca de alimento y además lo torna en un blanco fácil para depredadores más ágiles y rápidos que él. Los animales que pueden levantar el vuelo o sumergirse en las aguas, que se mueven con rapidez y de manera impredecible, son infinitamente más poderosos y están más seguros”
 Más de 200 años después, esa reflexión es totalmente vigente. La zona de confort es el aliado perfecto del miedo ante las decisiones. Y muchos prefieren mirar las cosas como siempre las han visto. Por favor, no se unan a ese grupo. Es maravilloso plantearse el ver los paisajes de manera diferente a como siempre se han visto. Descubrir nuevos tonos, nuevos colores, nuevos elementos en lo que quizás siempre está a nuestro frente y nunca habíamos reconocido, nos acerca a entender mejor como sacar lo mejor de aquello que nos rodea. Cambiar, transformar, inspirar, debe ser la rutina ideal para una generación como la suya. De hecho, aquí está sentada una generación que llega al mundo laboral en un momento muy especial en el que hay auténticos movimientos telúricos en la forma de entender la gerencia y las organizaciones. ¿Está muy lejos ser gerentes, ser líderes para ustedes? Todos, en la medida en la que pronto tengan a una sola persona dependiendo de ustedes, sea el que sea el trabajo que desempeñen, serán gerentes y por lo tanto tendrán como desafío adaptarse a un entorno muy cambiante. Liderazgo adaptativo, entorno colaborativo, ecosistema innovador, gestión del cambio son conceptos con los que ya entran de lleno a sus próximas responsabilidades.
 Antes hablaba de maratones. Yo soy maratonista. Ya he hecho 16 maratones y un Ironman y este año, con 52 años, he conseguido bajar la barrera de las 3 horas en la mítica distancia de Filípides.  Así que nunca crean que hay algo que ya no van a poder hacer, crear, construir o conquistar. Sobre todo no crean que algo es imposible porque alguien les dice que es imposible. Recuerden que el gran Armando Scannone, con 92 años, declara que tiene todavía varios retos por delante, al menos escribir 2 libros más que recojan los exuberantes sabores de la cocina venezolana. Aprovechen el talento que tengan y trabájenlo las horas necesarias que les permitan convertirse en expertos. Pero a su vez aprovechen lo mejor, que es mucho, de lo que les puedan enseñar las generaciones pasadas que han gestado hazañas con muy pocos medios para construir sus sueños y que hoy son el testigo que ustedes reciben en sus manos. Corran con ese testigo, sabiendo que parten de algo sólido, con buenos pilares, con un terreno ya conquistado que debe quedar atrás, pero que debe ser conocido, respetado y aprendido. Su misión, ahora, es transformar y adaptar todo para ser resilientes en un mundo diferente que ya está instalado.
 Busquen de forma incansable aquello que quieren hacer con su tiempo. Precisamente por eso, porque es su tiempo. Y el tiempo es limitado. ¿Y en que pueden invertir su tiempo? Les hago una sugerencia. En ustedes mismos. Ahora son, con diferencia, la mejor inversión que pueden hacer en sus vidas. Les recomiendo que no pidan en estos momentos mucho mas que espacios para crear, para innovar, para emprender. Todo lo que hagan ahora, que es su inversión y que nadie hará por ustedes, es su mejor propósito. Y en ese camino de seguir aprendiendo y aprendiendo, encontrarán su vocación. Porque les puedo asegurar que una vocación se puede construir, se puede elaborar y luego se puede desarrollar. Sentir pasión por lo que hagan es el gran objetivo que les planteo. Y no es un objetivo de corto plazo. Los comienzos son siempre difíciles si es que ustedes se plantean un propósito ambicioso, audaz y en el que están más dispuestos a entregar que a recibir. Pero también les quiero decir que la dificultad nunca dejará de acompañarles en su vida laboral. Sólo hay un escenario en el que no verán la dificultad y ese escenario es en el que asumen que su visión sea la de la rutina y la zona de confort. En algún momento una empresa como Kodak decidió instalarse ahí y fue su final. Pero esa decisión es su decisión. Únicamente su responsabilidad. De nadie más. La dificultad es, en realidad, oportunidad, Y la oportunidad es la posibilidad de generar valor para ustedes y para la sociedad. Son una generación que comienza a trabajar en un nuevo mundo. Salgan a curiosear, a retar, a desafiar y mantengan en todas esas acciones sus valores por encima de cualquier circunstancia. Y pronto se estarán dando cuenta de que comienzan a enseñar y guiar a otros. Prepárense para ese momento, porque esa es una tarea difícil, quizás la más difícil. Preparar un trabajo quizás sea difícil. Hacer que otra persona lo haga y lo haga bien, sin duda es arte. Trabajar con personas e influir en ellas de forma constructiva y positiva es lo mas retador y emocionante. Busquen eso sin descanso. Atrévanse a tomar responsabilidades, acepten el desafío de inspirar a otros y siempre entiendan que las emociones son ya una parte fundamental del nuevo orden empresarial. Mi mensaje final es que no se dediquen nunca a fabricar enredos, a formular ecuaciones complejas que no entienda nadie, a elaborar pegajosas telas de araña en las que todos se queden pegados quieran o no, a construir laberintos indescifrables que impidan el mejor desarrollo de las personas a costa de preservar el poder individual. Busquen, más bien, la elegancia, la simpleza y la sencillez de un liderazgo que base su influencia y trascendencia en la capacidad de inspirar a otros a través del respeto, del rigor, de la equidad y de la más honesta profesionalidad.


Raúl Baltar


4 de junio de 2015

No sólo se trata de cambiar los números....

En el Boletín del Fondo Monetario Internacional de unos meses atrás se reflejan algunas declaraciones de su Directora Gerente, Christine Lagarde, haciendo referencia a que "las reformas estructurales y la inversión en infraestructura pueden abordar los problemas a corto plazo relacionados con la demanda y los problemas a mediano plazo relacionados con la oferta". En definitiva, Lagarde hizo hincapié en la necesidad de tomar medidas rápidamente en lo que se refiere a reformas que estimulen el crecimiento en el corto y largo plazo......

En fin, son ya ocho largos años de una de las crisis económicas y financieras más virulentas que se recuerdan y todos quieren salir de ahí cuanto antes. Es cierto que algunos datos muestran mejorías y personalmente tiendo a pensar que una parte importante de lo malo ya se superó. Pero es obvio que dramas como el desempleo en España o la situación de Grecia no animan a pensar que los problemas ya se acabaron. Larga, muy larga la crisis. Y cuando leía a Lagarde expresándose acerca de reformas estructurales no pude evitar pensar en quienes están más abajo, en la cadena económica, intentando darle forma en la economía real a esas macro reformas, es decir, al tejido empresarial (privado o público) y las personas que conforman el mismo.

En estos últimos años algunas empresas en el mundo, no se si tantas, están llevando a cabo reformas estructurales que intentan neutralizar varios de los excesos vividos hasta el año 2007. Reformas estructurales que orienten a las organizaciones hacia mayor eficiencia, modelos de negocio más adaptados a la realidad, estructuras más flexibles, desarrollo del talento. Algunas de esas medidas se tomaron por exigencia de la situación, es decir, una reacción bastante teñida de la necesidad de cambiar lo colores de las cuentas de resultados (rojo vs azul). Pero quizás, en ocasiones, esas medidas no se tomaron tanto por convencimiento de la necesidad de cambiar un modelo basado, parafraseando a mi amigo Juan Carlos Cubeiro, en el capitalismo en lugar de en el talento.

La mayoría de los líderes empresariales que hoy están al frente de las empresas, intentando recuperarlas, son los mismos que guiaron a sus equipos a caballo de una enorme y poderosa ola de bonanza que parecía que nunca iba a tener una orilla en la que romper. El práctico libro Resiliencia, del polifacético empresario peruano Ben Schneider, nos documenta como la capacidad para enfrentar entornos de crisis e inestabilidad es fundamental para los que consiguen sobrevivir. En estos años se han aplicado grandes dosis de Resiliencia, de eso no hay ninguna duda.

¿Pero ha habido algo más? Sin duda un líder que fue el protagonista de una caída, propia o inducida por el entorno, puede ser también el líder del resurgimiento. ¿Por qué no? La gran pregunta es qué hacer para que la recuperación sea un éxito y, de la misma manera, suponga un cambio. Manejar la tesis de que la crisis salió de nuestras vidas porque estuvimos iluminados y fuimos oportunos es, sencillamente, más de lo mismo. En definitiva, supone recaer en paradigmas que nos han llevado a vivir, no sólo una atroz crisis financiera y económica, sino una pérdida de rumbo en la capacidad de adaptación a una nueva época.

No se pueden hacer las cosas del mismo modo con el aval, ciertamente irrelevante, de haber superado esta crisis. Lo más competitivo a lo que nos vamos a enfrentar en los próximos años es, además de vender más y mejor que nuestros competidores, retener el talento de una generación que busca estímulos y condiciones de características diferentes a las que si acaso nos atrevíamos a pedir las generaciones anteriores. Es como quien supera una crisis de salud por mala alimentación y, una vez superada, vuelve a comer mal, beber peor y olvidar que existe una forma divertida, entretenida y sabrosa para alimentarse sin que nos cavemos nuestra propia tumba. El siempre oportuno Santiago Carbó nos explica que los bancos están volviendo a la senda del crédito. Pero si el crédito lo van a seguir comercializando según las mismas técnicas no habremos avanzado mucho. Y yo me permito añadir un factor adicional a esa reflexión y es que si esta nueva senda se inicia con los mismos profesionales que han salido exhaustos de años de grandes dificultades, todo esto no será fácil.
En términos empresariales, decidirse en estos momentos a crecer porque las condiciones económicas están mejorando, sin haber hecho una profunda reflexión con los equipos, hasta la última persona en la empresa, supone volver a comer mal y beber peor.

¿Fórmulas? Permitir la innovación, el desarrollo del emprendimiento y entender que las reglas cambiaron y no van a volver a lo conocido es parte de la nueva fórmula. Reconocer que una nueva estrategia debe ser compartida por todos en la organización y que todos deben recibir no sólo las mejores herramientas, sino el mejor desarrollo de competencias. En todo caso, los cambios estructurales en las organizaciones son fundamentales y comienzan por arriba, no tanto por abajo.

Raúl Baltar