29 de mayo de 2013

Pero....¿Usted cree que ésta es una empresa seria?

Con mucha frecuencia nos encontramos ante paradigmas que mediatizan nuestra manera de ver las cosas y posiblemente también de entenderlas. Seguro que en algún momento ha leído algunos artículos acerca del estilo de vida en empresas como Google o Apple. En estos reportajes se pueden observar colaboradores trabajando muy concentrados o también pasando momentos muy relajados. En todo caso, siempre hay un denominador común, y es que los espacios donde están son modernos, extremadamente funcionales y nada convencionales. Nadie tendrá dudas de que los trabajadores de estas empresas son muy serios, profesionales y competentes. Sin embargo sus espacios de trabajo pueden parecerse más a un parque de diversiones, a un gimnasio o a una cafetería. Quizás cuando se ven esos reportajes se considera inalcanzable llegar a realidades de esa naturaleza y la mente se transporta por instinto hacia preguntas como ¿porqué ellos si? La respuesta, entre la frustración y el anhelo, puede ser también instintiva:

- ¡Eso sólo se puede hacer en empresas como esas!

O quizás calificativa:

- ¡Eso sólo se puede hacer en empresas que ganan mucho dinero!

Si afirmaciones como las anteriores son reales o no lo son, le corresponde a cada cual decidirlo según su experiencia. En todo caso, me aventuro a comentarle que el mobiliario o los colores de las paredes no son las únicas modificaciones que se pueden incorporar a una empresa con el fin de crear un espacio de trabajo que sea algo más que digno. Es una excelente opción definir un espacio de trabajo que transmita "aromas" similares a los que tenemos en nuestras propias casas. Yo creo que cualquiera considera su casa muy seria y respetable, pero no forzosamente se convierte por ello en aburrida o conservadora. En el terreno empresarial, el concepto que delimita la seriedad es muy relativo, pero sin duda se puede hacer un esfuerzo y definirlo. Tener un propósito claro, disponer de motivación, comunicación, flexibilidad y "felicidad" en el desarrollo del trabajo no está reñido con ser rigurosos y muy profesionales. Veamos, por ejemplo si usted cree que la siguiente escena se desarrolla en una empresa seria...





Jugar un torneo de dominó en las instalaciones de la empresa y en días de trabajo puede considerarse vanguardista y una muestra de flexibilidad que llama la atención. También puede pensarse, de inmediato, que se trata de alguna empresa como Google...... Pero sigamos y, ahora dígame que opina acerca de esta otra imagen más abajo...






Darle una atención especial a algunas colaboradoras en el Día de la Madre también puede interpretarse como un síntoma de modernidad, como una muestra de un estilo de hacer las cosas de una manera diferente. Quizás, también, aquí está pensando que se trata de alguna empresa de Silicon Valley..... 
Y, finalmente ¿que le parece esta otra imagen?






Una clase de gimnasia en las instalaciones de la empresa, con un entrenador profesional que ayude a cuidar la salud de los colaboradores es también interesante, poco habitual y altamente motivador.....¿Google? ¿Apple? ¿Coca Cola?

Pues no. Sencillamente, Banco Exterior en Venezuela, un equipo que piensa que no tiene la obligación de someterse a los paradigmas, a unas teóricas normas que definen "cómo debe ser un banco". Con frecuencia se habla de profesiones vocacionales. Yo tengo mucho respeto y admiración por muchos arquitectos, médicos o artistas. De hecho estoy casado con una artista y conozco muy de cerca el concepto de vocación. Pero ¿porqué no podemos aspirar cualquier profesional a convertirnos en vocacionales de lo que hacemos? También es posible que los paradigmas nos aten a no movernos de donde estamos. Y eso puede afectar a la concepción de la empresa (¡no somos Google!) y a la propia concepción del papel de uno mismo en esa empresa (¡no soy ningún artista!)

El dramaturgo inglés, William Shakespeare decía "nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con que se mira". Mi consejo es que el cristal con el que mire sea propio y tenga la capacidad de ver las cosas como le gustaría que fueran, como las sueña y no como le digan que deben ser vistas. ¿Será difícil? Puede que sí...¿Y?
 

Raúl Baltar