31 de diciembre de 2013

Gracias por estar ahí…...


Ya terminando el año en el que cumplí 50 es bueno hacer alguna reflexión personal que me permito compartir con usted, lector, que ha tenido el interés en participar en este blog conmigo durante todos estos meses. 

Leopoldo Alas "Clarín" declaraba el 25 de abril de 1852: "me nacieron en Zamora". Yo soy un gallego orgulloso de mi origen y, sin embargo, tres países a cuestas (España, Perú y Venezuela), diez ciudades ya vividas y cuatro grandes empresas en las que he tenido el honor de trabajar, me animan a declarar que "me nacieron en Vigo". Creo firmemente que el proceso de escuchar genera muchas conexiones y a mi, por lo general, me encanta escuchar. Cuando Malcolm Gladwell, en The Tipping Point, escribe acerca de personas que llama Mavens y de otros que denomina Conectores, he podido identificarme de alguna manera con un conector. Termino un año en el que me sigo sintiendo una persona conectada a muchas más personas con las que comparto una forma de ver la vida y también multitud de experiencias. Reencuentros este año con viejos amigos y compañeros como Juan Carlos Cubeiro, Angel Cano, Alberto Terol, Felipe Blasco, Fernando Ortíz-Cañavate, José Luis Arnau y tantos otros me ratificaron que las conexiones están ahí y sólo hay que recuperarlas.

Mi mujer, Pamela Rodríguez, ha comenzado dos interesantes proyectos en este año que se suman a su fantástico trabajo en el mundo de la música. El primero de ellos lo desarrolla junto a Anahi Gonzales y trata de AN/MA, una marca de ropa peruana que desde su primera colección rompe moldes. El segundo proyecto es La Sanahoria, un lugar en el que encontrar productos orgánicos en Lima y que sin duda será un emplazamiento que muchos buscarán desde mediados del próximo año en el que estará funcionando. Esta emprendedora admirable que es Pamela me pasaba en estos días navideños una fotografía fantástica extraída de su comunidad en Instagram:





Es increíble lo que la evolución tecnológica ha conseguido. Y yo soy uno de los convencidos respecto a que veremos cosas aún más apasionantes en lo que a tecnología se refiere. ¿Donde está el límite? Seguramente en ningún sitio. Revisando una publicación de IBM veía con sorpresa que la década que estamos viviendo ha registrado más patentes que nunca en los últimos 100 años, solo para esta compañía tecnológica. ¿Todo inventado? De ninguna manera. La fotografía anterior es una simbología maravillosa de todo lo que podemos hacer con la tecnología y con la innovación.

Sin embargo, a pesar de la evolución tecnológica, el emprendimiento es el reto más audaz al que nos enfrentamos porque está vinculado al desarrollo del ser humano. Estar conectado con los demás y generar espacios de valor y creación de oportunidades es un universo que explorar sin descanso porque es infinito. El año 2013 ha sido un año de reencuentros, de amistades recuperadas, de retos consolidados, de nuevos proyectos, de crecimiento y de evolución. Pero sobre todo, el año 2013 ha sido un año de aprendizaje permanente. Aprender es un motor que no se frena ya y, precisamente por eso, el 2014 traerá más de lo mejor.

Lo fundamental, en mi humilde opinión, es darse cuenta de que la maravillosa evolución tecnológica no es suficiente para hacer de este mundo un lugar mejor para vivir. La evolución de la persona, la implicación apasionada en las cosas que hacemos, el estímulo permanente de la curiosidad, la batalla contra la zona de confort son los deseos que yo pido para usted en este año que va a comenzar. Seguro que, con esa actitud, vendrán muchas, muchas cosas buenas.

Gracias por estar ahí

Raúl Baltar

26 de diciembre de 2013

¿Seguir invirtiendo….?

En estos tiempos de crisis económica generalizada y tipos de interés tan reducidos se habla, con una cierta frecuencia, del concepto que desarrolla John Maynard Keynes en su Teoría General acerca de lo que se denomina la trampa de la liquidez. Recomiendo escuchen y vean la explicación del profesor Xavier Sala-i-Martin acerca de ese fenómeno.

Y es que lo evidente a veces tiene trampa. Pero la trampa no viene de la información que uno tenga delante. Posiblemente esa información es correcta. La trampa viene de cómo leemos esa información y de cómo la interpretamos. Es decir, el engaño parte en muchas ocasiones de nosotros mismos.

Fíjese por ejemplo en el siguiente caso. Abajo tiene el gráfico, extraído de mi iphone, que explica la evolución de la cotización de Bank of America Corporation. Si usted está meditando hacer una inversión y se fija en la evolución de esta acción posiblemente, con esta información, decidirá que es un mal momento para comprar. Quizás piense, con una dosis de prudencia muy razonable, que ya ha subido bastante la cotización en el último año como para entrar en ese momento…..





En varias ocasiones he escrito en este blog acerca de los paradigmas, esos titanes inamovibles que pocos se atreven a desafiar. Los paradigmas no se estudian en ningún manual. No son materia escolar, universitaria o de postgrado. A veces se instalan en nuestras creencias a causa de la aproximación a expertos (abundantes) en manejarlos mañana, tarde y noche, es decir, que se sufre una suerte de efecto contagio. En otras ocasiones los paradigmas se establecen a causa de nuestra propia visión, limitada e indolente, ante lo que tenemos delante.

En el Expomanagement de Madrid 2009 tuve la fortuna de escuchar a expositores muy interesantes como Bill George, Mario Alonso Puig (todo un descubrimiento para mí)Carly Fiorina, Felipe González, José María Aznar y George Kohlrieser. Este último habló de un concepto que durante todos estos años he tenido presente y que me ha acompañado de forma permanente: la visión periférica. Algo tan evidente y que sin embargo pareciera difícil de aplicar en el día a día de muchos profesionales. Tener los objetivos bien enfocados no significa tener la vista fija en un punto y caminar hacia él sin entender que hay un mundo muy complejo que gira y se mueve a nuestro alrededor a velocidades de vértigo. Mundo que, por cierto, afecta significativamente a esos objetivos en los que la vista está fija.

La visión periférica es un concepto apasionante. Acercándonos al pensamiento de Peter Senge y su visión acerca de que las organizaciones deben aprender, es evidente que la visión periférica ante una decisión tampoco debe llevar a incorporar más y más elementos en los análisis de manera que nunca se llegue a buen puerto o, por el contrario, se llegue a un embarcadero temible para cualquier empresa: la parálisis por análisis. No. Los extremos son casi siempre perversos y es conveniente no visitarlos si se puede evitar.

Vuelvo al ejemplo de la cotización de Bank of America Corporation para ahora, utilizando la misma fuente, detallar la evolución de los últimos 10 años de esa acción.




¿Diferente, no? El análisis y el estudio de la posible inversión ya no será tan evidente. Más elementos que considerar, entender y asimilar con el fin de tomar la mejor decisión posible. Es más, es posible que la inversión adquiera de inmediato un atractivo que unas líneas más arriba no pareciera tener. En todo caso, sin entrar en parálisis por análisis, será interesante leer algo más respecto a la situación de esa institución financiera cuando estalla la crisis tras la quiebra de Lehman Brothers, el 15 de septiembre de 2008. En fin, la historia siempre incorpora una "visión periférica" apasionante.

Personalmente me apasiona la historia. Y la historia de las organizaciones es absolutamente fundamental (soy categórico) para entender muchas de las situaciones que se viven en el momento presente. La historia de una empresa es uno de los mejores aliados en el camino de establecer desafíos de largo plazo.

En todo caso, no nos dejemos manejar por paradigmas y no caigamos en la trampa de la información excesivamente acotada. Es importante ampliar nuestra visión y entender que en nuestro propio equipaje de información posiblemente encontraremos alguna experiencia que nos ayudará a "ampliar el gráfico" y entender que vale la pena seguir invirtiendo nuestro esfuerzo, compromiso y pasión en "una cotización" que quizás parezca alta….


Raúl Baltar





18 de diciembre de 2013

¿ Se trata de un jefe ..... o un Kaiju ?

Se acaba de celebrar la CADE Ejecutivos de Perú en su edición número 51. En esta ocasión la anfitriona del congreso ha sido la mágica ciudad de Paracas. He tenido la oportunidad de asistir a alguno de los congresos anteriores durante mi estancia en Perú y desde entonces siempre sigo en la distancia los resultados de las conferencias y los análisis correspondientes.



Precisamente hace unos días, regresando en LAN camino a Venezuela, me ofrecieron la lectura de la interesante revista peruana Semana Económica y ahí me encontré un muy completo resumen de las distintas ponencias y del ambiente vivido en esta CADE. Los ponentes fueron profesionales y empresarios de la talla de Eduardo Hochschild (Hochschild Mining), de Angel Añaños (Ajegroup), de Eduardo Torres Llosa (BBVA Continental) y de Carlos Rodríguez Pastor (Intercorp) entre otros. Siento una gran admiración por todos ellos, a los que conozco personalmente, y quiero referirme especialmente al caso de Rodríguez Pastor. Este empresario es conocido en el mundo de los negocios peruano como CRP y está demostrando en los últimos años que se puede crecer, hacerlo de forma diversificada y sobre la base de valores como son:

  • La transparencia
  • El espíritu de superación
  • El trabajo en equipo
  • La humildad

En su discurso, Rodríguez Pastor hablaba de cuatro factores clave a añadir a los valores como son: la visión, cuidar a los colaboradores de la empresa, la innovación y la ejecución de proyectos. Terminaba su intervención animando a la audiencia a sustituir el "Sí, pero...." por el "Sí Perú...." Me sonó a música celestial y me pareció magistral porque, mire usted por donde, precisamente hace unos días venía pensando en escribir acerca de los especialistas en utilizar el "pero" como excusa para no abandonar la zona de confort y también de los entusiastas en eliminarlo de sus comunicaciones.

La palabra "pero" es una conjunción adversativa bastante utilizada en las conversaciones diarias de cualquiera de nosotros. La definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua de este término es:
1. conj. advers. U. para contraponer a un concepto otro diverso o ampliativo del anterior. El dinero hace ricos a los hombres, pero no dichosos. Le injurié con efecto, pero él primero me había injuriado a mí.
Esta conjunción existe. No se puede hacer nada al respecto. Lo que ocurre es que se ha convertido en una de las más eficientes armas usadas para desinflar la ilusión, limitar la innovación y apagar la pasión por hacer cosas diferentes. Es cierto que en algunas ocasiones no se pretende destruir nada aunque, en ese caso, será la falta de sentido de la oportunidad la que no ayuda a quien se expresa. El gran Miguel de Unamuno decía que hay gentes tan llenas de sentido común que no les queda el más pequeño rincón para el sentido propio y quizás a veces nos dejamos llevar por el "yo siempre he hablado así" sin entender que se generan efectos impresionantes (no siempre positivos) por nuestra forma de comunicarnos. En fin, la semántica es importante. Yo siempre lo digo.

Veamos. ¿Se ha sentado más de una ocasión con un jefe? Considere jefe a los efectos de este post a todo aquel que, por ejemplo, entiende que tiene la capacidad de juzgar algo que usted ha hecho o no ha hecho. ¿Porqué tiene esa capacidad? Sencillamente "alguien" se la otorgó en la organización. Quizás incluso, una vez otorgada con un cierto criterio, esa capacidad fue mutando y desarrollandose hasta convertirse en una suerte de monstruo similar a los "dirigidos" por Guillermo del Toro en Pacific Rim y que responden al dudosamente elegante nombre de Kaijus. ¿Sabe cual es la finalidad última de los Kaijus? Eliminar la civilización sobre la Tierra. Tampoco vengo a referirme que algunos jefes tengan esa maquiavélica y destructiva intención, no al menos de forma consciente. En todo caso, la capacidad de juzgar es algo muy delicado, pues muchas cosas están en juego tras esa actitud. Si usted ha leído El Proceso de Franz Kafka, seguro que ha pasado por las sensaciones que todos hemos tenido con la lectura de las desgracias que le ocurren al protagonista, Josef K (por cierto empleado bancario como un servidor). Angustia, desesperación, impotencia, temor. En ese sentido lo más negativo es la sensación que tienen algunos profesionales de vivir un absurdo cuando el Jefe/Kaiju se empeña en destruir lo que costó tanto trabajo construir. Es esencial para una organización que los que utilizan el "pero" como parte de su lenguaje habitual no sean:
 
  • Personas negativas
  • Personas reacias a los cambios
  • Quienes quieren demostrar que siempre saben más
  • Gente que vive en su Spa personal de zona de confort
     
Ya que la actitud de las anteriores tribus no es la adecuada, al menos absténganse de utilizar de forma incorrecta la semántica.
 
Una buena fórmula para no pronunciar tanto el "pero" es, sencillamente, escuchar más y hablar menos. Escuchar, reflexionar y debatir son características del nuevo liderazgo y elementos que favorecen que un colaborador se anime a contarnos su librillo particular que, en muchas ocasiones, tiene un vocabulario mucho más rico que "pero, pero, pero, pero......"
 
Sin duda la curiosidad ayuda a dejarse sorprender y ello puede develar mundos más allá del "Sí, pero......"
 

Raúl Baltar



8 de diciembre de 2013

Queda mucho por inventar

Algunas cosas buenas tienen los aeropuertos, aunque son pocas y a mi me cuesta reconocerlas. Y una de las cosas buenas, en mi caso personal, es el tiempo para escribir en las esperas necesarias e inevitables. A punto entonces de embarcarme en un vuelo que me lleva apenas tres días a España por trabajo, rescato algunas reflexiones de estos últimos días para compartirlas en este blog que, por cierto, ya va camino de cumplir sus primeros fascinantes cinco años.
En los últimos dos meses he tenido la oportunidad de leer unos cuantos libros interesantes. Parafraseando a María Dueñas, lo he hecho buscando tiempo entre las costuras de un día a día que se empeña en dominarnos y a lo que yo me resisto amparándome en la disciplina, orden y constancia que grandes como por ejemplo Mario Vargas Llosa aplican en su día a día. Reconozco que no soy el más organizado del mundo, pero desde hace 5 años venía atesorando un archivo en el que tenía registrado todo lo que leía con un nivel de detalle que a mi me tenía muy satisfecho. Pues bien, debido a actualizaciones y limpiezas hechas en mi Mac he perdido ese archivo que, aunque parezca una banalidad, era muy apreciado por mi. A pesar de los esfuerzos de William Albornoz, un gran profesional con el que tengo la suerte de compartir a menudo en el Banco Exterior (y al que felicito pues se acaba de casar), ese archivo no apareció nunca. El documento se perdió, la verdad sea dicha, por causas exclusivamente endosables a la torpeza (o falta de atención) de quien escribe y no a alguna deficiencia de Apple. En fin. Usando mi regular memoria, le detallo a continuación alguno de los títulos a los que más arriba hacía referencia:


  • El elemento, de Ken Robinson
  • The Outliers de Malcolm Gladwell
  • Liderazgo (El poder de la inteligencia emocional) de Daniel Goleman
  • The Tipping Point (La clave del Exito) de Malcolm Gladwell
  • Ingenio y Pasión de Silvia Leal y Jorge Urrea
  • El arte de empezar de Guy Kawasaki
  • Messi, Falcao y Cristiano Ronaldo de Juan Carlos Cubeiro y Leonor Gallardo
  • Del Capitalismo al Talentismo de Juan Carlos Cubeiro
  • El Círculo de la Motivación de Valentín Fuster


Estas lecturas producen un primer efecto en mi persona y es la certeza de que estudiar, conocer, curiosear y, en definitiva, aprender se ha convertido en un maravilloso conector que me ayuda en mi crecimiento personal y profesional. Y hago este reconocimiento porque yo no era el más entusiasta del estudio allá por mis años de universitario. Sin embargo, hoy no puedo dejar de recomendar dedicar tiempo a leer, que para mi es una manera de escuchar y elevarse unos cuantos escalones del escalofríante día a día que nos encajona en percepciones que nos ciegan y limitan. En todas esas lecturas he podido ratificar, a través de las experiencias de grandes seres humanos, que la diferencia para esta nueva era sólo puede ser establecida por las personas. El desarrollo del liderazgo en un mundo en el que el emprendimiento lleva camino de ser el gran protagonista se convirtió ya en una necesidad que urgentemente debe ser asimilada por muchos. Quizás sea excesivamente sutil lo que voy a afirmar, pero es el emprendimiento, y no la empresa, el que se convertirá en el esencial cómplice en la búsqueda del entorno colaborativo, de la aplicación de la movilidad a nuestra forma de relacionarnos o del Big Data. El emprendimiento ha dejado de ser una "profesión" para convertirse en una forma de trabajar, incluso cuando se trabaja para otros.

Transitar esos caminos de cambio y adaptación es muy importante. En nuestro caso, en las próximas semanas se sabrán los resultados de Great Place to Work en Venezuela al que nosotros, "en casa", lo llamamos Ambex. Por sexto año consecutivo el equipo con el que tengo el honor de compartir muchísimas cosas en Banco Exterior ha participado para medir lo que pensamos y sentimos respecto a trabajar en nuestra empresa. Una participación del 97% ya nos generaba expectativas interesantes y finalmente nuestro resultado ha mejorado incluso por encima de la meta que el exigente y fantástico equipo de GPTW liderado por Irene Mossi nos había establecido. Hemos mejorado de forma muy importante partiendo ya de niveles de gran compromiso. 

¿Es eso suficiente? A mi juicio no lo es. Se trata sencillamente de lo que corresponde hacer. En mi opinión ya no es un dilema plantear si medir el clima laboral o no hacerlo. Lo que es un desafío es asumir que una encuesta no siempre va a decir lo que uno quiere, pero la buena noticia es que se puede aprender de ello, y mucho. Convertir a un equipo en protagonista de la vida de la empresa es parte de una ecuación que se formula con gran cantidad de ingredientes hoy en día. Muchos de esos ingredientes son nuevos sabores y colores, si me permite que así los denomine y, por tanto, quizás sean todavía difíciles de medir. Es evidente, por tanto, que todavía queda mucho por inventar y también mucho por desterrar. Mientras tanto, ¿por qué no avanzamos midiendo aquello para lo que hay herramientas válidas y disponibles?

Luego vendrá la innovación, la felicidad, la sinergia. Y, todo, como fin para crear una organización que sea duradera y, por supuesto, genere resultados interesantes para todos.

Raúl Baltar



25 de noviembre de 2013

Urgente: la innovación como inspiración


El pasado día 21 tuve la oportunidad de asistir, en el Aula Magna del Instituto de Empresa de Madrid, a la presentación de "Ingenio y Pasión", libro escrito por Silvia Leal y Jorge Urrea en una simbiosis realmente notable (no en vano son, también, marido y mujer).

Además del Country Manager de Oracle España, Leopoldo Boado, estaba dirigiendo la presentación del libro Santiago Iñiguez, Presidente de IE University y Decano del IE Business School y algunas otras personalidades. Todos dirigieron interesantes palabras a la audiencia que llenaba a rebosar la sala en esa tarde de miércoles en Madrid.

Allí coincidimos con Domingo Gaitero, el creador y líder de Proceso Social, empresa destinada en mi opinión a colaborar con mucha intensidad en la transformación del mundo de la consultoría. También estaba el líder de Quint, Antonio Crespo que, junto a Mariano Ferrera de Kerunet, son los inspiradores de un sorprendente proyecto editorial llamado Leaners un nuevo concepto de revista con el que comunicar acerca de innovación, emprendimiento y creatividad. Leaners demuestra que siempre, siempre, hay nuevas cosas que desarrollar, que crear, que inventar. Los primeros tres números de la revista auguran un gran desarrollo tanto en España como en Latinoamérica (al menos).

Muy destacables las presentaciones de los autores. Silvia, que acaba de ser declarada como una de las 10 pensadoras más influyentes de España, llevó a cabo una presentación que hizo honor a su libro. Fantástica. Jorge también estuvo muy inspirador hablando de Insight Management. En definitiva, siempre es una satisfacción escuchar cuando lo que escuchas está expresado en el mismo idioma que a uno le gusta para comunicarse. En Ingenio y Pasión, libro que ya se convirtió en referencia (yo me lo devoré en el vuelo de regreso a Caracas), aparecen términos como Ecosistema Creativo, Potencial Innovador y Pasión por la Innovación, acompañados por conceptos como cultura corporativa, clima laboral, estilo de liderazgo, creatividad, motivación.

El ambiente que se respira en eventos de este tipo es francamente cautivador. La cada vez mayor bibliografía que comienza a estar disponible acerca de temas tan esenciales como el liderazgo, la motivación, la innovación hace que se delimite cada día con mayor firmeza el camino a seguir en el moderno liderazgo que se impone en la relación entre las generaciones tan dispares que hoy deben convivir en las empresas. Uno de los libros del doctor Mario Alonso Puig es Vivir es un asunto urgente y, parafraseando al maestro, yo diría que trabajar en disponer de un ecosistema innovador es esencial y, ciertamente, un asunto urgente. La urgencia no tiene tanto que ver con los resultados de la empresa en el corto o mediano plazo. La necesidad, más bien, es desarrollar una cultura que convierta la empresa en un ecosistema donde las personas con talento quieran desarrollarse y emplear su tiempo presente y futuro. Hacer eso, no me cabe ninguna duda, generará resultados en el largo plazo (los necesarios) y dará credibilidad interna y externa a una empresa que pretenda competir en un mundo que ya no dejará de ser cambiante y exigente.

Tuve la oportunidad de conocer a Silvia Leal en septiembre de este año, aprovechando una visita mía a Madrid para celebrar el cumpleaños de mi hija mayor, María, y para presentar la edición en España de mi libro, El arte de ser humano (en la empresa). El encuentro fue inspirador y, como decía más arriba, el lenguaje fue increíblemente común. Gracias a ello he tenido el honor, como Presidente de Banco Exterior y, ante todo, como creyente en absolutamente todo aquello que está expuesto en Ingenio y Pasión, de reflejar un pequeño comentario en la contratapa del libro, con el que quiero despedirme en este post:
"No puedo entender hoy el Banco Exterior sin la pasión en nuestro código genético. Este libro es una fantástica guía que demuestra que la pasión es un elemento tan esencial como el rigor para alcanzar la felicidad de los colaboradores"
Hoy hay líderes y no se requieren jefes. Los líderes deben trabajar en colaborar entre sí y no en destacarse respecto a otros. La mejor formación que se puede ofrecer hoy a los integrantes de una empresa quizás sea el aprendizaje para entenderse entre sí y, de esa manera, cuidar un ecosistema que les puede hacer muy felices en el futuro.


Raúl Baltar

20 de noviembre de 2013

¿De verdad alguien tiene que ceder?

Quizás ha visto la película protagonizada en el año 2003 por Jack Nicholson y Diane Keaton titulada "Cuando menos te lo esperas....Alguien tiene que ceder" Se trata de una comedia al uso que quizás para algunos críticos no tenga demasiada calidad cinematográfica, pero en la que la química de esos dos grandes actores convierte la película en un desenfadado encuentro con típicos comportamientos humanos. El tema es peculiar. Un hombre de más de 60 años de edad que no admite mantener relaciones con mujeres de más de 30 años. Es un principio para él. Y lo considera un paradigma personal. Irrenunciable e innegociable. Claro. Hasta que algo pasa y cambia , al menos, ese paradigma.......


En una empresa quizás encontremos algunos personajes como el interpretado por Jack (en cuanto a que no son capaces de entender que hay otra forma de plantearse las cosas) y no menos personajes como el que representa Diane (atrapada en sus propias costumbres). En una reciente reunión estratégica, hablando de como mejorar y de como instalar una cultura de cambio sostenible, algunos ejecutivos admitían, con cierto tono de lamentación, que en muchas reuniones siempre tenían que sacrificarse en aras del acuerdo final. Es decir, para que las cosas avancen tenían que terminar cediendo. Lo malo del asunto es que esa cesión es interpretada, en última instancia, como un sacrificio. Aún cuando la cesión del personaje interpretado por Nicholson se convierte en algo interesante y estimulante para él, no suele suceder eso en el mundo empresarial, en el que van quedando heridos por el camino. Heridos y, también, resentidos.

En mi opinión en esto tiene mucho que ver la personalidad. Y la personalidad es importante puesto que es algo con lo que vivimos y, también, es algo con lo que viven quienes están a nuestro alrededor.  Hay distintas maneras de medir esto en una empresa. Mi descubrimiento de estas herramientas vino a través de la Vicepresidente de Recursos Humanos de Banco Exterior, Judith González. Hace un tiempo Judith me habló del Myers-Briggs Type Indicator (MBTI) como un elemento interesante para clasificar la personalidad de los colaboradores. Completar esa prueba fue una experiencia sin duda interesante para mi, incluyendo la curiosidad sobre si se vería reflejado en el resultado lo que hasta ese momento pensaba que era mi personalidad tipo. Y, en verdad, así fue.
Hay otras herramientas como el Hermann Brain Dominance Instrument (HBDI) que, como Ken Robinson explica en su libro "El Elemento", son buenos intentos de "clasificarnos". Aún así, el maestro Robinson argumenta que, aunque son modelos útiles, el ser humano difícilmente se puede clasificar en 16 "modalidades" de personalidad. Ciertamente concuerdo con él aunque a veces pareciera que con 8 tipologías bastaría y sobraría.....

Otra herramienta interesante es el perfil Neethling Brain Instruments (NBI™).  Este método lo compartió conmigo Gerardo Urdaneta quien es Vicepresidente de Innovación y Estrategia Corporativa en Banco Exterior y que, tras asistir a unas sesiones de formación e investigación en el Incae Business School, regresó a Venezuela impactado por este modelo que busca medir las preferencias de pensamiento y el impacto de ellas en decisiones personales y profesionales. El NBI fue creado en los años 80, ha sido estudiado en más de 200.000 personas y está basado en neuropsicología. Cuando usted comienza a intentar entender la forma de ser de las personas y la manera que tienen de manifestar sus preferencias, algo cambia. Al escuchar a alguien decir que "siempre se tiene que sacrificar" se comprende que algo importante se activa en el interior de esa persona y, definitivamente, ese algo tiene mucho que ver con sus preferencias de pensamiento y con la manera en la que se relaciona con otras personas que se activan de forma diferente. Si alguien cede por convencimiento es, por último, un aprendizaje. Pero si alguien siempre tiene que ceder, quizás algo más complejo debe ser solucionado.

Fíjese en el ejemplo de una carrera. En ocasiones varios corredores se sitúan en un grupo de cabeza que durante kilómetros permanece unido. A veces se dan relevos en el liderazgo de ese grupo, pero a veces es uno sólo el que va en cabeza marcando el ritmo de forma permanente. Cuando vemos en la televisión una competición de atletismo esos relevos parecen evidentes y hasta sencillos. Es más, algún comentarista deportivo hasta habla de que los pasos de carrera son demasiado lentos (probablemente no conozca lo que supone pasar 400 metros en menos de un minuto....). En todo caso, con el paso de los kilómetros, siempre algunos atletas que están en la pugna van cediendo y quedándose atrás. A veces son todos lo que quedan atrás y queda uno sólo en cabeza y, a veces, la pugna se mantiene hasta la línea de meta como en el histórico e impresionante caso de Haile Gebrselassie y Paul Tergat en la final olímpica de 10000 metros en Sidney 2000.



Haile se llevó la victoria finalmente. Y lo hizo de manera tan ajustada como puede ser la diferencia de tiempo en la parrilla de salida de un campeonato de Fórmula1 entre el primero y el segundo. Pero incluso en ese momento estelar en el que ambos están haciendo su máximo esfuerzo, alguien "salió ganando". Sencillamente uno fue mejor en ese momento y su "último argumento" fue más poderoso.

Quizás entonces es interesante plantearse que cuando alguien tiene que ceder eso no tiene porqué ser malo para el interés general y, más que considerarlo un sacrificio, quizás debe entenderse como un aprendizaje personal y considerar que enfrente hay una inmensa oportunidad para que, con el entrenamiento adecuado, en la próxima carrera se pueda cruzar la meta en primer lugar, aunque sea por un milímetro.


Raúl Baltar

1 de noviembre de 2013

¿Preparados para el futuro?

 
¿Somos siempre capaces de reconocer la realidad? Lo más humano es que no sea así. Es posible que a veces nos dejemos llevar por un entusiasmo desbordado mientras que, por el contrario, en otras ocasiones nos abandonemos a una resignación que no tiene mucho sentido o, incluso, a una asombrosa falta de responsabilidad.
Fíjese por favor en el mapa ubicado a continuación. En él se especifican los límites de velocidad establecidos para las carreteras del mundo:
 




Se observa en el gráfico que son pocos los países que están coloreados con el rojo que identifica la autorización a circular por encima de 120 km por hora. Además de la responsabilidad y la prudencia, el estado de las carreteras en algunos países es un elemento que aconseja el respeto al cumplimiento de estos límites por parte de los ciudadanos. Normalmente resulta complicado (y ese es otro asunto de interesante reflexión) que dichos límites se respeten y, por otra parte, llama poderosamente la atención la velocidad máxima que pueden alcanzar los siguientes modelos de automóvil:
Renault Clio RS que alcanza 215 km/h
Mini Cooper S que alcanza 222 km/h
Seat Ibiza Cupra que llega a 230 km/h
Peugeot 207 RC 220 km/h
Opel Corsa OPC con máximo de 225 km/h
No estamos hablando de Ferraris, Lamborghinis, Porsches u otras marcas caracterizadas por su velocidad punta o su aceleración. La característica de los anteriores modelos es que desbordan adrenalina, se pueden adquirir en cualquier concesionario de automóviles, son "muy" pequeños (pesan alrededor de 1.300 kg),  cuestan sobre los 30.000 dólares (accesibles en términos generales) y .............. superan ampliamente el límite de velocidad establecido en todos los países del mundo.

Los automóviles más veloces son extremadamente sofisticados y caros. Pero resulta que encontramos modelos más que accesibles que igualmente están fabricados con unas características que no están acordes con las regulaciones, no se adaptan a la realidad. Cuando se establece un plan estratégico en una empresa o cuando se fija el plan de inversiones para un año o un período de años, en ocasiones pareciera que la empresa estuviera preparada para una circulación a 80 km/h mientras que los planes prevén la adquisición de herramientas que permitan circular a los 308 km/h de velocidad máxima que alcanza el RB9 del Red Bull que pilota el ya cuatro veces Campeón del Mundo de Fórmula 1, Sebastian Vettel. Según el profesor de la Harvard Kennedy School, Marty Linsky, hay una serie de aspiraciones y, luego, está la realidad. En general hay un gap entre ambas. ¿Qué se puede hacer para eliminar ese gap? Definitivamente ese gap es la oportunidad de desarrollar un liderazgo adaptativo y que se pueda multiplicar.

He tenido el gran honor de ser seleccionado por PricewaterhouseCoopers como uno de los 1.300 CEOs de más de 60 países a ser entrevistado respecto a qué fuerzas externas fundamentales del cambio tendrán el mayor impacto en dar una nueva forma a su empresa y que se está haciendo para responder a estas transformaciones y garantizar su relevancia en el futuro. Esta encuesta será presentada en la reunión anual del Foro Económico Mundial de Davos en enero de 2014.
 
Agradezco a Pedro Pacheco, de Espiñeira Pacheco y Asociados, por la gentileza de haberme postulado para candidato a esta entrevista, la cual ha sido una gran experiencia para mi. La previsión de que la economía mundial duplique su tamaño para el año 2032 y que vuelva a lograrlo para el año 2050, lleva sin duda a que nos planteemos cual es el papel que a los líderes nos corresponde en esta evolución vertiginosa que está prevista.

En este caso considero que afrontar un crecimiento de la economía mundial como el previsto, requiere de una arquitectura empresarial que no puede mantenerse siguiendo los antiguos esquemas. Las organizaciones deben prepararse para mantener velocidades importantes de manera constante y, seguramente, creciente. Es el momento de adquirir vehículos (ahora sí) que alcancen mayor velocidad y por supuesto con la mejor seguridad. Pero esos vehículos no sólo consisten en máquinas potentes sobre las que nos lancemos a grandes velocidades. Es más importante la forma en la que nos relacionamos, como colaboramos, como nos convertimos en líderes y generamos influencia compartiendo el liderazgo. Y esas no son herramientas que se puedan adquirir en ningún proveedor ni en cualquier mercado. Hablamos, simplemente, de cultura.

Uno de los grandes alcaldes de Nueva York, Rudolph Giuliani, estableció una cultura corporativa basada en:
  • Escuchar. La verdad sólo surge después de la confrontación
  • Cercanía. No puedes gestionar sin conocer de cerca
  • Preparación. Prepárate para todo en demasía y estarás preparado para casi cualquier cosa
  • Actitud positiva. La regla de oro de un líder consiste en ser optimista
  • Comunicación. Comunicar con transparencia
  • Realismo. No hay decisiones perfectas, tienes que hacerlas y punto
Quizás todo lo que se debe hacer hacia el futuro tiene que ver con el concepto de colaboración del que hablaba Steve Jobs. La colaboración entre las personas forzosamente debe pasar por el desarrollo de las mismas. Y ese desarrollo debe ser en lo profesional, pero también en lo personal.

Ya hoy la empresa no puede deslindarse de la persona, para contar con el profesional. Quizás ya sólo de esa manera podremos eliminar los gaps que hoy son tan evidentes entre capacidad y necesidad, entre sueños y realidad.

Raúl Baltar

25 de octubre de 2013

Nada menos que...."guardianes de la cultura"

Durante un fin de semana que viajé a Lima aproveché para curiosear, junto con Pamela, en la emblemática librería El Virrey en Miraflores. Entre vistazo y vistazo me encontré un libro titulado "La oreja en el piso"  y descubrí que estaba escrito por un buen amigo peruano, Javier Calvo, al que respeto muchísimo y que es el fundador de JV Resguardo, una empresa de seguridad y vigilancia que actualmente da trabajo a más de 10.000 colaboradores entre Perú y Ecuador.

Javier es uno de esos nuevos empresarios emprendedores que, junto a un equipo comprometido y apasionado por lo que hace, está siendo parte de un nuevo tejido empresarial en Latinoamérica que se ha establecido para cambiar las cosas.
Javier y, lo que en la empresa denominan "los guardianes de la cultura", han roto no pocos paradigmas para conseguir ser por varios años consecutivos la Mejor Empresa para trabajar en Perú, según la metodología de Great Place to Work. El libro es un excelente relato de cómo se fue construyendo esa empresa desde los primeros tres vigilantes hasta la grandiosa realidad en la que hoy esta constituida. Los temas fundamentales son el equipo, la cercanía, el compromiso, la pasión. En definitiva, liderazgo del mejor.

Daniel Goleman en su libro "Liderazgo. El poder de la inteligencia emocional" nos recuerda algunas habilidades que deben estar presentes en el liderazgo. Esta es una lectura imprescindible para los que no creen y mucho más para los que creen en que las cosas están cambiando. Goleman explica que un buen líder es capaz de combinar hasta 4 de las 6 inteligencias que el describe:
  • Autoritaria
  • Visionaria
  • Afiliativa
  • Democrática
  • Timonel
  • Coaching
Interesante reconocerse en alguna de ellas o en varias de ellas y motivo de reflexión sentirse anclado en una sola de las mismas. Goleman explica que el mundo empresarial hoy exige que, en el mismo día, un líder que quiere ser influyente y resonante debe alternar entre alguna de esas inteligencias con habilidad y una cierta facilidad ¿Tiene usted a mano una de esas inteligencias? ¿Quizás dos de ellas? ¿Siente que podría combinar tres o más de ellas? La cuestión, a mi juicio, es si identifica alguna de ellas y, más aún, si siente que es necesario aplicarlas de forma alterna como sustitución a la expresión:

¡Yo soy así! ¡Que me aguanten como soy!

Es evidente que una frase como esa se pronuncia con mayor soltura y frescura cuando el que lo hace se encuentra más arriba en esa cada vez más caduca pirámide de jerarquías empresariales. El Doctor en Psicología Clínica en la Chicago School of Professional Psychology y Master en Administración Pública en Harvard University, mi amigo Stefan Reich, me animó en una conversación días atrás explicándome que cada vez más empresas en países como Perú, Chile, Argentina, etc, están demandando aprendizaje a nivel de cuadros de alta dirección en el camino a entender el liderazgo adaptativo, según la filosofía de Ronald Heifetz, como parte integrante de la empresa, del futuro, del desarrollo en suma. Otra buena noticia y una gran esperanza en cuanto a entender que los resultados ya no vendrán a cargo de ningún "inventor" que haga magia para ganar. No. Los resultados ya sólo pueden llegar de la integración de todos y cada uno de los colaboradores de la empresa en una cultura de crecimiento profesional y de desarrollo personal.

Pero, como suele ser habitual, termino implicando a aquellos que se sienten más lejanos a esos centros de decisión. Si. A ellos les pregunto:

¿Y tu? ¿Eres un guardián de la cultura?

Raúl Baltar

23 de octubre de 2013

Mister Obama, maybe you have a knot...


Pareciera que el mundo ha estado a punto de colapsar en estos últimos días ¿La razón? Los Estados Unidos, la principal economía del mundo en términos de Producto Interior Bruto y según el Banco Mundial casi el doble de tamaño que la segunda que es China, estaba sumido en un caos de negociación que, de no resolverse, suponía aparentemente la quiebra del país.

¿Quebrar Estados Unidos? Algo así. Tal y como suena. Hablamos de suspender pagos. Limitar el incipiente crecimiento económico después de una de las mayores crisis económicas y financieras conocidas. Hablamos de incumplir compromisos, de cerrar instalaciones públicas y dejar de pagar los salarios a sus empleados. Quizás que algún que otro museo cerrase no supondría mayor contratiempo, pero el asunto es más serio que todo eso.

Para evitar un panorama como el anterior, el Presidente Obama, su equipo de gobierno y el ámbito político, comenzaron complejas negociaciones que casi todos los días terminaban de madrugada con cajas de pizzas a granel circulando en carretillas y seguramente litros de café consumidos. Pero finalmente se consiguió un acuerdo que aplaza la negociación del techo de deuda por unos meses. En otras palabras, queda pendiente la decisión de cuánto más autoriza el Congreso norteamericano al Gobierno como límite de endeudamiento (sobre unas cifras que de por sí ya son hasta difíciles de asimilar). Esta lucha sin cuartel entre Barack Obama y los Republicanos parte de un punto de honor. El programa de salud o "healthcare" por el que el presidente norteamericano ha librado hasta ahora una de sus principales batallas políticas. Consiguió que se aprobara tiempo atrás y lo defiende porque ese programa es básico, según él, para ese país.
Por tanto, por unos meses han temblado los todavía maltrechos cimientos de la economía norteamericana y, por ende, de toda la economía mundial con el fin de preservar ese programa de salud de características gigantescas, que va a mover miles de millones de dólares y va a afectar a cientos de millones de personas ¿Se da cuenta de la magnitud, no? ¿Se asombra con la dimensión gigantesca de todo esto, verdad? Así pues, el Presidente Obama debía estar feliz esa madrugada cuando se conseguía el acuerdo ganando tiempo hasta febrero. Seguro que él, ser humano como todos, se retiraba a su área privada pensando algo así como:
- Fue duro. Si. Pero al menos he garantizado que mi programa de salud quede indemne.
Impresionante. Titánico. Fuerzas poderosas al más alto nivel luchando por asuntos de tamaños gigantescos. Lo malo debió ser cuando Obama se levantó a la mañana siguiente, en Washington, para que algún funcionario cercano se le acercara y le dijera:
-       Buenos días Señor Presidente. Bueno, este…..
-       Si. Dígame
-       Es que......el programa de salud, causante de tanta zozobra, no avanza porque…
¡NO FUNCIONA LA PAGINA WEB!

En fin. Dejando atrás esa escena figurada, cuando leía esa noticia me apresuraba a buscar la cuenta de Twitter del Presidente Obama para encontrar lo siguiente:


3h"No one is madder than me about the fact that the website isn't working as well as it should ... It's going to get fixed." —President Obama
Incluso, más tarde, encontraba en Bloomberg unas declaraciones del mismo Obama en las que manifestaba su frustración:

"La reforma sanitaria es mucho más que una web. La esencia funciona bien y en algunos casos excede las expectativas porque los precios de los seguros son más bajos y la competencia es mucho mayor", afirmó el presidente en los jardines de la Casa Blanca. "Es la web lo que va mal. Es demasiado lenta y la gente se queda colgada mientras rellena la solicitud. Nadie se siente más frustrado que yo"


Para mi se trata de un excelente ejemplo ¿Qué será lo que pasó? O, más sugerente aún, ¿QUIÉN será el responsable de convertir en algo tan mundano lo que venía de ser una hazaña política? Quizás este sea un ejemplo idóneo de lo que yo denomino los nudos en una organización. De poco sirven las grandes decisiones estratégicas y las reuniones de alto nivel si todos los colaboradores de la empresa no están integrados en esas decisiones, no las entienden o, peor aún, no las comparten. Y es muy difícil que  muchos puedan entender algo si no se comunica de la manera adecuada y con la consistencia necesaria.

En no pocas ocasiones en una organización se toman decisiones que, de forma consciente, suponen la asunción de algunos riesgos. Las empresas no evolucionan si no toman decisiones y si no dan pasos adelante. La conquista de un mercado y la pugna con otros proveedores similares supone que deben existir dosis notables de trabajo, de compromiso, de pasión por lo que se hace. La ambición, por supuesto, debe estar impregnada en muchas de las decisiones que implican en determinados momentos algún riesgo. Y si ese tipo de decisiones no son compartidas y trabajadas con el equipo, seguro que algo no funcionará. Imagínese lo que nos puede esperar si le ha pasado a Barack Obama……

Si no se genera la comunicación adecuada y no se desarrolla un liderazgo adaptativo y compartido, es complicado que alguien que está tres o cuatro escalones más abajo en la organización se ponga en la mente de quienes decidieron y ejecute su función con la eficiencia requerida. Es cierto que la función de algunas personas en la organización puede parecer de importancia menor. Puede ser despreciada. Y ello es un gran error. Si la función existe en la empresa es porque forma parte de un todo y, por tanto, es fundamental. Está comprobado de forma reiterada que existen posiciones clave, de aparente poca responsabilidad, pero que pueden trabar asuntos muy complejos por:

  • Falta de información
  • Falta de conocimiento
  • Falta de motivación


Esas posiciones pueden convertirse en los nudos de la empresa. Parecen pequeños y casi insignificantes. Pero son extremadamente molestos si no logramos convertirlos en parte de una armonía general, en parte de una cultura. Hace hoy tres semanas me golpeé el pie derecho contra una puerta. Caminaba descalzo y como resultado de ese golpe me rompí el dedo pequeño del pie. Jamás había notado la importancia de ese dedo hasta que me lo he roto. Llevo tres semanas sin entrenar y me quedan dos más. Me duele el dedo cuando camino y no dejo de sentir que ese dedo, pequeño e insignificante está ahí y tiene una función, por lo visto, muy importante. Tanto como las demás partes de nuestro cuerpo.

Cuidemos entonces nuestros dedos. Tenemos muchos en las organizaciones, son muy necesarios y, además, ¡los necesitamos en plena forma!


Raúl Baltar


29 de septiembre de 2013

Un viernes entre amigos.......

El pasado viernes fue muy especial en mi corta estancia en Madrid. Mi hija mayor, María, celebraba sus 17 años inmersa ya en su último año de colegio y preparándose para decidir su próximo paso académico y, de esa manera, ir perfilando su futuro profesional. En una época en la que la información abunda quizás es aún más complicado decidir "a que se quiere dedicar uno" en el futuro. Y quizás esta generación en la que está mi hija no piensa tanto en el "qué" quieren hacer, sino mucho más en el "cómo" lo quieren y cómo quieren vivir.
Por otra parte, también el viernes se celebraba la presentación de mi libro en la versión española editada por mis buenos amigos Susana Garrido y Gonzalo Suárez de Algón Editores. El generoso anfitrión de este encuentro fue el IE Business School en Madrid. 




La presentación estuvo a cargo de Gonzalo Suárez y de Chema Martínez, con la moderación del profesor Joaquín Uribarri. Un lujo de mesa y un privilegio los comentarios que todos hicieron sobre el libro. Joaquín comenzaba comentando que El arte de ser humano (en la empresa) es un libro de fácil lectura, temática de gran interés e incluso destacaba que alguna de las citas del libro, como la de "Doce hombres sin piedad", son utilizadas en algunos programas del Instituto de Empresa como ejemplo de las diversas actitudes de los ejecutivos. Gonzalo, gran financiero, emprendedor e intelectual, hablaba de que el libro "es una deliciosa provocación" e invita a la reflexión en muchas de sus frases. Chema, amigo entrañable, hablaba de la coherencia entre lo que había leído en el libro y su experiencia en el contacto con la organización en la que tengo el honor de trabajar, el Banco Exterior.

Tuve la ocasión de hacer una pequeña presentación en la que comencé hablando acerca de la transformación de los estilos de gerencia. Comencé con el original JP Morgan de comienzos del siglo XX, pasando por los tenebrosos años 80 representados magistralmente por G. Gekko en el clásico de Oliver Stone (Wall Street) y, finalmente, mencionando al alternativo C. Felber con su economía del bien común y su apuesta hacia lo que el denomina la banca democrática.

Los estilos de gerencia (personales) sin duda van marcando las distintas épocas en las que cada uno desarrolla su carrera profesional. La pregunta que planteo en la presentación, como reflejo del libro, es si las empresas, y las personas, están preparadas para desarrollarse en un entorno que cambia a gran velocidad. Quizás la sencillez es un argumento muy importante a la hora de establecer propósitos claros para todos.

La transparencia y la ética son fundamentales para crear los espacios adecuados para la instalación de una cultura de la innovación y también para el desarrollo profesional de las personas quienes, en ese espacio, deben sacar lo mejor que tienen para aplicar sus competencias al interés general de la organización. En definitiva comparto con usted en mi blog algunas pinceladas de lo debatido en la presentación.
Siguen llegando nuevas generaciones al mundo universitario y al mundo laboral. Es entonces el momento de trabajar con el foco establecido en creer en lo que uno hace, más que el objetivo puesto en crecer y crecer y crecer. Es el momento de recuperar lo mejor de las personas para que la generación como la de mi hija María, que ya está tocando la puerta con timidez, sienta un estímulo que le lleve a entender que la pasión y la felicidad son posibles en el trabajo.


Raúl Baltar


21 de septiembre de 2013

¿No es acaso demasiada comida?

Interesante. Muy interesante ha sido la visita de Juan Carlos Cubeiro a Venezuela durante esta semana. Múltiples actividades descritas en su blog y, entre ellas, la fortuna de contar con su presencia en Banco Exterior unas valiosas horas gracias a los buenos oficios de Nelson Ríos, Presidente de Congresis. Juan Carlos y yo somos licenciados en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid en el año 1987 y, desde entonces, no nos veíamos. Muchos años y distancia que, a juzgar por lo vivido en esta visita, no han hecho más que acercarnos intelectualmente.

Excelente la presentación y fantástico el diálogo con parte del equipo ejecutivo de Banco Exterior. Juan Carlos nos habló de liderazgo, de talento y de la capacidad de influir con ese talento. Nos habló también de los paradigmas que encierran a los ejecutivos (personas) en sus cajas particulares, con una zona de confort perfectamente amueblada y, finalmente, permitida por la empresa.  

Es el caso del paradigma de la abundancia. Tan absurdo como ineficiente y poco solidario. ¿Cuanto más mejor? No necesariamente. Hace unas semanas tuve la oportunidad de comer con mi familia en un restaurante de Lima. La calidad, excelente. El servicio, de primera. Los espacios, maravillosos. Los platos, deliciosos. Sólo un pero. Uno sólo. Nos sirvieron más comida a cada uno de nosotros, incluyendo a nuestra hija de 4 años, de la que necesitaríamos para dos días de un apetito desmesurado. Ese desafío es tan absurdo para el restaurante como para el que se sienta a comer. ¿Por qué no servir a cada cual según su necesidad? Nada que afecte al entorno, al servicio o a la calidad de los alimentos se vería afectado por ello. ¿Que sobre la comida no es acaso el síntoma de algún problema? Pero aún más chocante es observar como la mayor parte de los platos en las mesas vecinas se vaciaba sin ningún problema. ¿Cuidar el planeta? Y ¿por qué no comenzar por cuidarse uno mismo?

La lógica de que cuanto más mejor, no es aplicable como una máxima indiscutible. Leía hace unos días una intervención de José María Alvarez- Pallete, CEO de Telefónica, en la que expresaba que "las operadoras debemos ver el mundo de otra forma" Es sensato lo que dice Alvarez-Pallete y personalmente estoy de acuerdo porque pienso exactamente lo mismo de los Bancos, mi área de influencia.

Comer tanto que sea necesario compensarlo con una pastilla para combatir la pesadez de estómago no parece muy responsable. La solución en una empresa tampoco pareciera residir en comprar  las mejores y más caras herramientas sencillamente porque tienes la capacidad económica de hacerlo (abundancia). Ante los paradigmas resulta una fantástica solución el desarrollo del talento con capacidad para influir. Quizás así alguien le pueda decir que las raciones son excesivas y que eso debe ser corregido. Se trata, nada más y nada menos, que de romper el paradigma de la abundancia. 

Pero los paradigmas deben ser amenazados y, como decía Steve Jobs, "si quieres contratar a gente maravillosa que trabaje contigo debes dejarle tomar decisiones. Si no lo haces se cansarán y se irán"


Raúl Baltar

18 de septiembre de 2013

Una propuesta: Once blogs en español

En algunas ocasiones he compartido a través de Twitter algún link en el que se recomiendan algunos blogs sobre economía y finanzas. Como se puede observar son casi siempre en inglés y por supuesto son muy interesantes.
Existen las mismas listas con recomendaciones acerca de blogs en español relativos a economía, finanzas, empresa o al amplio mundo de la gerencia. Confieso que yo no conozco hasta hoy muchas y, naturalmente, agradeceré muchísimo a quien me pueda dispensar información al respecto.
Mientras tanto, en este post quiero destacar varias referencias muy interesantes que, desde hace un cierto tiempo, vengo siguiendo con regularidad. Se trata de distintas materias, de diversas orientaciones y, en todos los casos, de excelente información que me parece muy interesante compartir.


1.- Valor Añadido de S. McCoy

2.- Konecto de Juan Carlos Cubeiro

3.-Las Perlas de Kike por Kike Vázquez

4.- El Sueño de Jardiel de Manuel Conthe

5.- El abrazo del Koala de Marc Garrigasait

6.- El blog de Juan Ramón Rallo

7.- Proceso Social de Domingo Gaitero

8.- Supervivencia Directiva de Virginio Gallardo

9.- En el Huffington Post el blog de Ignacio Oliveras

10.- Contrarian Investing de Hugo Ferrer

11.- El blog de Marc Vidal


Espero que alguno de ellos sea de tanto interés para usted como todos lo son para mi.


Raúl Baltar

25 de agosto de 2013

El desafío de entrar antes de que se cierren las puertas

No es extraño que en reuniones tanto personales como profesionales en las que es necesario que se rompa el hielo, uno se convierta en la solución a un incómodo silencio al compás del comentario: ¿Y que maraton vas a correr próximamente? A mi no me desagrada la pregunta porque me gusta todo lo que tengo la fortuna de hacer hoy en día, incluyendo correr. Pero, en ese caso suele ser también habitual que alguien, con una agilidad mental notable, entre rápidamente en la conversación con alguna de las dos frases que se escuchan con cierta frecuencia cuando uno confiesa, o le animan a confesar, que es corredor:

- Pero oye, ¡si correr es de cobardes!

O, la otra también emblemática de

- Yo me levanto temprano a correr....las cortinas para seguir durmiendo

Ambas expresiones suelen ir acompañadas por alguna carcajada o en ocasiones por una sonrisa, más modesta. Nunca he entendido el sentido de estas expresiones, ni tampoco la necesidad última e íntima de quien hace afirmaciones de tal naturaleza. No voy a intentar piscoanalizar a nadie, pero creo que esos comentarios no tienen respuesta posible (aburre un poco la constancia de los mismos) salvo la certificación que cada día en la mañana en El Parque del Este en Caracas, o en Los Malecones en Lima, o en el El Parque del Retiro en Madrid o en El Paseo Marítimo de Coruña, compruebo que hay centenares de .......... cobardes. Es sólo otra perspectiva pero, en todo caso, soy un convencido de que el respeto por las preferencias de cada cual es uno de los valores que hemos de mantener y promover. Escuchar y observar es parte de la esencia de la comunicación que nos permite conectarnos con los demás y encontrar la colaboración necesaria para cumplir algunos de nuestros sueños sobre la base del respeto.

Hace unos días transitaba por Lima con mi estimado Luis Alberto Amez, un excelente profesional al que recomiendo con los ojos cerrados. Lucho me apoya con su servicio de transporte cuando voy a Lima. En esta ocasión era temprano en la mañana y hacíamos nuestro trayecto habitual entre la ciudad de Lima y el aeropuerto Jorge Chavez. Avanzando por la Vía Expresa discurrían nuestras habituales y agradables conversaciones sobre temas siempre interesantes. Mientras hablábamos, inmersos en un denso tráfico, mi mirada se centró en el esfuerzo de tres personas que aceleraban su paso camino a la parada del Metropolitano, sistema de buses que hace unos años opera en esa vía, atravesando una buena parte de Lima. El paso acelerado de estas personas terminó en franca carrera con el objetivo clarísimo de conseguir alcanzar el bus que en esos momentos estaba detenido en la parada. Finalmente las tres personas consiguieron su meta y entraron en el bus instantes antes de que éste cerrase sus puertas para continuar camino.

Algo me llamó la atención de esa escena y se me quedó grabado en la mente. Era la sonrisa de absoluta satisfacción de las tres personas una vez que consiguieron entrar en el bus. Aunque seguro que unos minutos más tarde vendría un nuevo bus y por lo tanto la cosa no era un asunto de vida o muerte. Pero la magia estaba en que habían conseguido su objetivo. Quizás sea pretencioso llamarlo desafío pero, como quiera que le llamemos a lo que pasó, en ese momento estaba superado. Se les veía radiantes y la sonrisa que cualquiera podía leer en el rostro de esas personas era sincera, espontánea, honesta a más no poder.

La paradoja de Richard Easterlin se desarrolla en el artículo publicado en 1974 "Does economic growth improve the human lot? Some empirical evidence" y en ella Easterlin trabaja sobre el paradigma de si a mayor nivel de ingresos alguien tiene mayor felicidad. Es evidentemente discutible, aunque estas reflexiones forman parte de los conceptos de la economía de la felicidad que particularmente me resultan muy atractivos (recuerde la referencia a ella en mi post El Rey de Butan, Hoover y 48 leyes perversas.... ). En la empresa es importante sonreír (ser felices) como reacción a momentos de éxito y definitivamente no es imprescindible que esos momentos se generen a través de grandes conquistas. Despreciar, o desconocer, la satisfacción de una persona cuando consigue un "pequeño" éxito en su trabajo es similar a hacer burla de alguien por vivir cada día la satisfacción de correr un kilómetro más o hacerlo a un ritmo mejor.

En última instancia no importa que sea lo que le motive. Puede ser terminar un maratón, o finalizar un juego de Xbox, o una partida de ajedrez, o ensayar una nueva pieza con el saxofón, o concluir un post, o cocinar unos simples y deliciosos huevos fritos, pero en todos esos casos se puede encontrar un afán de superación y, quizás, un pequeño sueño cumplido. ¿Qué ello es insignificante para muchos? Lo verdaderamente importante es que sea satisfactorio para quien lo hace y que con ello pueda contagiar a otros entusiasmo y optimismo. En una empresa se crea un enorme valor cuando sumamos la felicidad de los colaboradores obtenida a través de las pequeñas conquistas del día a día de cada uno de ellos. Por tanto, uno de los grandes compromisos de los líderes debe ser generar los espacios necesarios para que cada cual busque su "metro cuadrado" de felicidad.

Mi mensaje para cada uno de los colaboradores de una organización, mi propuesta, es que cada cual encuentre donde está el desafío (no importa cuan pequeño pueda parecerle) que le va a activar esa sonrisa que, como ya vimos en el ejemplo del bus, viene en nuestro código genético.


Raúl Baltar

31 de julio de 2013

Cuantas cosas inútiles se descubren en una mudanza.......


Es cierto. Estamos en la era de la información. Que se convierta en la era del conocimiento sin duda requiere de una participación muy personal y comprometida de cada uno de nosotros. La información está ahí para ser consultada y, sólo entonces, tendremos la opción de que se convierta en conocimiento.

Y es que la informción, en sí misma, no tiene mucho sentido si es que no tiene un propósito, si no tiene alguien para quien esa información sea de utilidad. En su polémico libro "Por qué dejé Goldman Sachs"  el que fue empleado de la firma, Greg Smith, comenta las cuatro categorías en las que dividían a los clientes:
  • Los clientes sabios
  • Los clientes malvados
  • Los clientes simples
  • Los clientes que no saben cómo hacer preguntas

El hecho de que exista una clasificación de esa naturaleza no deja nada positivo en los procedimientos de esa organización, aunque sean normas no escritas..... En todo caso, no hay duda de que a los dos últimos tipos de clientes (que seguramente son la mayoría...) la existencia de complejos modelos matemáticos y sofisticadas series estadísticas con todo tipo de inalcanzable información no se traduce en conocimiento válido para la toma de decisiones. Se trata, simplemente, de información. Información que no evitó, en muchos casos, grandes pérdidas de dinero para los clientes.

Acudo al genial Quino para apoyarme en la reflexión de este post










La información es fundamental, claro. Muchas organizaciones se empeñan en reunir datos y más datos sin tener un propósito claro que lo justifique y, como le pasa a Manolito, sin que la misma se procese y entienda de forma oportuna. En muchos casos se trata de información que fue valiosa en un tiempo pasado pero que ya no sirve más que para ocupar un espacio escaso, tranquilizar la conciencia de quien la guarda y, seguramente, estorbar a muchos. Cuando uno se muda de casa puede constatar la obsesión que tenemos por acumular cosas. El recuerdo, la añoranza y la memoria son aliados en la acumulación de todo tipo de artefactos, cahcivaches y cosas. Con la excusa de "algún día lo veré y reviviré aquellas sensaciones", nos damos cuenta que la mayor parte de las cosas que hemos de introducir en las cajas con el fin de trasladarlas a nuestro nuevo domicilio, terminan en la basura (a veces con pena, pero en la basura). Somos seres humanos al fin. Y como somos los seres humanos los que gestionamos las organizaciones, no es para nada extraño que veamos replicados similares comportamientos.........
- Déjame guardar esto.....¡nunca se sabe!
El Dymaxio Chronofile está ubicado en la Universidad de Stanford, en California y contiene más de 140.000 documentos, infinidad de horas de video, planos, etc. Esos documentos son los archivos que el Sr. Fuller incorporó respecto a todo lo que hacía a cada momento de su día a día entre 1917 y 1983. Se dice que es la persona de la que más documentación (personal) existe de toda la historia. Es evidente que muchos ejecutivos quisieran que nada de lo que pasa en sus vidas profesionales fuera eliminado. Cartas, documentos, correos electrónicos, mensajes de móvil, etc. El mantener toda esa información seguramente es irrelevante para los intereses generales de la empresa y, en la mayoría de las ocasiones, es un capricho caro e ineficiente.

El gran Albert Einstein decía que "lo que no puedes explicar de forma sencilla, es que no lo entiendes" y quizás podamos aplicar esa misma reflexión a nuestro "natural" afan por guardar cosas entendiendo que no es necesario convertirse en el Sr. Fuller para que dejar un legado de quienes somos. Una fuente de conocimiento no menos genial que Einstein, el refranero popular, dice que "lo que no se empieza no se acaba". Conviértase en un protagonista del cambio y comience desde hoy a guardar lo que realmente aporte valor para usted y para quienes trabajan con usted.


Raúl Baltar

23 de julio de 2013

Entra aquí a conocer a Guzmán Sadaba......


A continuación me limito a transcribir, íntegramente, el post de Jolo Sadaba a quien descubrí en el blog uno entre cien mil hace unos años. Al hijo de Jolo, Guzmán, le fue diagnosticada una leucemia linfoblástica aguda y, casi cuatro años después de haber superado la misma, viven en su familia la reaparición de la enfermedad de Guzmán. 
Con mi post sólo pretendo mostrar mi solidaridad con esa familia y, también, ayudar a encontrar el donante que tanto necesitan.
¡Fuerza!
¡¡Vamos!!



El por qué de este blog

Este Blog nace como complemento al grupo humano creado en Facebook con el propósito de encontrar una medula ósea compatible con mi hijo Guzmán Sádaba Beitia.
Guzmán fue diagnosticado de Leucemia Linfoblastica Aguda el 24 de Octubre de 2.007. Aquel aciago dia , mi hijo, que por aquel entonces solo contaba con cinco años de edad, fue herido por el zarpazo de esa enfermedad catastrófica.
Durante dos largos años fue sometido a un brutal tratamiento de quimioterapia que lo deformó, lo hincho, le provocó un trombo , le hizo perder el cabello y lo peor de todo, le arrebató la infancia.
Afortunadamente, Guzmán superó el tratamiento, y en Diciembre de 2.009 abandonamos el hospital. Aquellos fueron días felices. Mi mujer y yo comenzamos a pensar que habíamos vencido a la maldita enfermedad. La vida volvía a su normalidad, el niño retomó la vida escolar, la actividad deportiva, la vida de un niño. Teníamos la obligación de acudir periódicamente al hospital a fin de comprobar que todo seguía en orden. Las vísperas de esas visitas nuestro miedo era indescriptible. La víspera nunca podíamos dormir. Todo fue bien, hasta el maldito 9 de Mayo de 2.013. Ese día, se nos dijo que los análisis arrojaban resultados irregulares. Ese día el miedo volvía a recorrer nuestra venas. Pocos días después se confirmaron nuestros temores. Guzmán había recaído. La maldita enfermedad se había mantenido escondida, agazapada en su medula, hasta que ese día se lanzó de nuevo sobre Guzmán. Nuestra desolación era absoluta. El diagnostico era devastador. Teníamos que volver al infierno. Otra vez quimioterapia, de nuevo la debilidad, la tristeza, el miedo, el infinito terror a perder a nuestro hijo Pero esta vez todo era peor. Esta vez no éramos unos padres ignorantes, ahora sabíamos el martirio que nos esperaba. Guzman no tenia cinco años y ya no lo podíamos engañar con un globo. Guzman cuenta ahora con once años de edad y recuerda aquellos días negros. Guzman ahora hace preguntas que un padre nunca quiere responder. Ahora Guzmán sabe tanto como yo.
En la actualidad todos los médicos que ha revisado el caso de Guzmán estiman que la única opción para salvar su vida es un trasplante de medula. Lamentablemente no tenemos familiares compatibles, y en consecuencia dependemos de la generosidad de un donante compatible no emparentado.
Las probabilidades de encontrar un donante compatible son escasas, y solo aumentan a medida que aumente el numero de donantes. En España el numero de donantes supera escasamente los 100.000. Se trata de una cifra francamente modesta. Hasta la fecha la practica totalidad de los trasplantes practicados en España se llevan a cabo gracias a la generosidad de donantes de otros países, especialmente Estados Unidos y Alemania.
Si bien la vida ha sido tremendamente dura con mi hijo, puedo presumir de contar con los mejores amigos del mundo. Uno de ellos, Andoni Larreategui, decidió crear un grupo en facebook con el propósito de buscar esa medula para Guzmán y para todos los niños que como mi hijo están a la espera del milagro. Ese grupo, se creo hace escasamente diez días antes de la fecha en que escribo estas lineas. En esos diez días ha concitado más de 5.000 adhesiones. Cinco mil personas que sin dudarlo un segundo han acudido a la llamada de auxilio con el único propósito de donar y fomentar la donación de Medula Osea.
Ninguno de nosotros estamos familiarizados con el uso de las redes sociales, pero nos han recomendado la creación de este Blog con el fin de convertirse en un punto de referencia que sirva para facilitar información de urgencia a todos aquellos que han oído nuestra llamada y están dispuestos a donar su medula para salvar a mi hijo Guzmán y a todos los niños que como Guzmán son víctimas desde su mas tierna infancia del lado mas amargo de la vida.
Yo soy el padre de Guzmán,  yo te ruego encarecidamente que atiendas esta llamada. No te pido nada que yo no este dispuesto a hacer por tu hijo o por cualquier otro niño. Apelo a tu humanidad, te suplico que atiendas mi llamada: hazte donante de medula ósea. Es posible que la tuya sea la medula que salve a mi hijo.
Gracias de antemano por tu ayuda.
JOLO SADABA



30 de junio de 2013

¿Es posible ganar y perder al mismo tiempo?

Hace unas semanas discurría una de las clásicas tardes de domingo en las que Maickel Melamed y yo nos regalábamos el lujo, acompañados de varios cafés, de escuchamos y hablarnos largamente,. Acontecimientos pasados, inquietudes, ideas, opiniones y sueños a granel son el condimento de esas conversaciones. En esa tarde de tormenta comentábamos acerca de la décima posición de Banco Exterior como mejor empresa para trabajar en Latinoamérica. Maickel me hacía un comentario y una sugerencia:

- ¡Estoy on fire después de leer en Twitter la noticia de GPTW respecto a Banco Exterior!- me dijo
- Tienes que hablar de algo como esto en tu blog. Pero tienes una oportunidad única de hablar de "éxitos" y "fracasos" que conviven con toda naturalidad.

Hay que decir que cuando una sugerencia es propuesta por mi amigo, para mi no puede ser considerada como algo fugaz sino como algo de obligado cumplimiento. Pero antes, quisiera hacer un detalle cronológico necesario para dar sentido e introducir el comentario de Maickel:

Primer evento.- En el mes de abril corro la maraton de Rotterdam. El objetivo para mi era hacer sub 3 horas, pero me retiro en el km 29 cuando llevaba 2 horas y 6 minutos y ritmo decreciente. 
Segundo evento.- En el mes de mayo vuelvo a intentarlo y corro la maraton de Lima. El objetivo para mi era, de nuevo, hacer sub 3 horas. Me retiro en el km 36 con 2 horas y 33 minutos y un ritmo que me llevaría a 3 horas 4 minutos aproximadamente. 
Tercer evento.- Mes de mayo. Premios GPTW Latinoamérica. El objetivo de Banco Exterior era repetir el vigésimo lugarconsigue triunfar como décima mejor empresa para trabajar en Latinoamérica (única venezolana)

Y aquí estoy, en el intento de trasladar a este post lo que ocurrió entre abril y mayo. Con más de un mes transcurrido desde cualquiera de los eventos hay ya algunas conclusiones que he extraído. La reflexión me ha llevado a reconocer que debí terminar las carreras. Podía haberlo hecho, como lo hice en los 10 maratones anteriores que había corrido. Me obsesioné con la marca que persigo hasta el punto de abandonar ya que no llegaba al resultado que perseguía. Quizás para algunos (así me lo han hecho saber) ese primer y segundo evento pueden ser tratados como un fracaso. Para mi son una experiencia más que me enriquece y que me permite entender que son muchos los sueños que todavía tengo por alcanzar. Y sin duda uno de ellos sigue siendo mejorar un poco más de 3 minutos mi marca en Berlín 2012 de 3 horas y 3 minutos.

La sugerencia es, en definitiva, hablar de cómo la misma persona es capaz de protagonizar en un corto período de tiempo dos "fracasos" y un "éxito". Bien es cierto que los eventos deportivos tienen un responsable único, el que corre, el que decide si sigue o no sigue, el que tiene un buen día o no lo tiene. Sin embargo, el tercer evento está impregnado del protagonismo personal de uno mismo y, también, de 2.200 colaboradores más de Banco Exterior.

¿Fracaso? ¿Exito? No. Sencillamente hablemos de aprendizaje. El ser humano es el mismo en todas las circunstancias. Con sus ilusiones y con su compromiso. Con el esfuerzo y la constancia empeñada en perseguir sus sueños. Las alegrías en el camino hacia ellos y también las decepciones son elementos que deben acompañar cualquier evolución en la vida. No abandonar significa seguir dejando a los sueños el espacio que merecen. Y no abandonar cuando el "éxito" te asalta quizás sea lo más esencial. El propósito de llegar a un resultado se va armando con todo lo que se hace para conseguirlo. Y todo lo que hace es importante y deja muchas cosas buenas en el camino. Sea cual sea el resultado, siempre la suma de ilusión, compromiso, esfuerzo y pasión dejará algo muy grande como legado.

Mi querido Maickel dice que "no hay nada tan grande como para no intentarlo". De eso se trata.....

Raúl Baltar

29 de mayo de 2013

Pero....¿Usted cree que ésta es una empresa seria?

Con mucha frecuencia nos encontramos ante paradigmas que mediatizan nuestra manera de ver las cosas y posiblemente también de entenderlas. Seguro que en algún momento ha leído algunos artículos acerca del estilo de vida en empresas como Google o Apple. En estos reportajes se pueden observar colaboradores trabajando muy concentrados o también pasando momentos muy relajados. En todo caso, siempre hay un denominador común, y es que los espacios donde están son modernos, extremadamente funcionales y nada convencionales. Nadie tendrá dudas de que los trabajadores de estas empresas son muy serios, profesionales y competentes. Sin embargo sus espacios de trabajo pueden parecerse más a un parque de diversiones, a un gimnasio o a una cafetería. Quizás cuando se ven esos reportajes se considera inalcanzable llegar a realidades de esa naturaleza y la mente se transporta por instinto hacia preguntas como ¿porqué ellos si? La respuesta, entre la frustración y el anhelo, puede ser también instintiva:

- ¡Eso sólo se puede hacer en empresas como esas!

O quizás calificativa:

- ¡Eso sólo se puede hacer en empresas que ganan mucho dinero!

Si afirmaciones como las anteriores son reales o no lo son, le corresponde a cada cual decidirlo según su experiencia. En todo caso, me aventuro a comentarle que el mobiliario o los colores de las paredes no son las únicas modificaciones que se pueden incorporar a una empresa con el fin de crear un espacio de trabajo que sea algo más que digno. Es una excelente opción definir un espacio de trabajo que transmita "aromas" similares a los que tenemos en nuestras propias casas. Yo creo que cualquiera considera su casa muy seria y respetable, pero no forzosamente se convierte por ello en aburrida o conservadora. En el terreno empresarial, el concepto que delimita la seriedad es muy relativo, pero sin duda se puede hacer un esfuerzo y definirlo. Tener un propósito claro, disponer de motivación, comunicación, flexibilidad y "felicidad" en el desarrollo del trabajo no está reñido con ser rigurosos y muy profesionales. Veamos, por ejemplo si usted cree que la siguiente escena se desarrolla en una empresa seria...





Jugar un torneo de dominó en las instalaciones de la empresa y en días de trabajo puede considerarse vanguardista y una muestra de flexibilidad que llama la atención. También puede pensarse, de inmediato, que se trata de alguna empresa como Google...... Pero sigamos y, ahora dígame que opina acerca de esta otra imagen más abajo...






Darle una atención especial a algunas colaboradoras en el Día de la Madre también puede interpretarse como un síntoma de modernidad, como una muestra de un estilo de hacer las cosas de una manera diferente. Quizás, también, aquí está pensando que se trata de alguna empresa de Silicon Valley..... 
Y, finalmente ¿que le parece esta otra imagen?






Una clase de gimnasia en las instalaciones de la empresa, con un entrenador profesional que ayude a cuidar la salud de los colaboradores es también interesante, poco habitual y altamente motivador.....¿Google? ¿Apple? ¿Coca Cola?

Pues no. Sencillamente, Banco Exterior en Venezuela, un equipo que piensa que no tiene la obligación de someterse a los paradigmas, a unas teóricas normas que definen "cómo debe ser un banco". Con frecuencia se habla de profesiones vocacionales. Yo tengo mucho respeto y admiración por muchos arquitectos, médicos o artistas. De hecho estoy casado con una artista y conozco muy de cerca el concepto de vocación. Pero ¿porqué no podemos aspirar cualquier profesional a convertirnos en vocacionales de lo que hacemos? También es posible que los paradigmas nos aten a no movernos de donde estamos. Y eso puede afectar a la concepción de la empresa (¡no somos Google!) y a la propia concepción del papel de uno mismo en esa empresa (¡no soy ningún artista!)

El dramaturgo inglés, William Shakespeare decía "nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con que se mira". Mi consejo es que el cristal con el que mire sea propio y tenga la capacidad de ver las cosas como le gustaría que fueran, como las sueña y no como le digan que deben ser vistas. ¿Será difícil? Puede que sí...¿Y?
 

Raúl Baltar