29 de febrero de 2012

Si quieres mejorar, si quieres avanzar.....¡Pica Adelante!


Ultimamente, dos hechos aparentemente diferentes entre sí me han llevado a una reflexión que me parece interesante. Primero, un agradable desayuno con el equipo del Banco Exterior que maneja la prevención y control del fraude. Segundo, la épica final del último Open de Australia entre Nole Djokovic y Rafa Nadal. Aunque no lo parezca, ambos acontecimientos tienen a mi juicio cierta afinidad.

Antes quisiera contarle que hace unas semanas releía después de muchos años "El Extranjero", de Albert Camus. El "apático" protagonista de esa novela se llama Meursault y pareciera que todo lo que le sucede a él o a su entorno le resulta indiferente. Incluso ser condenado por disparar a una persona sin explicar que el sudor cegó su vista en el momento en el que le pareció ver un cuchillo amenazante, lo ve como algo que no le compete ¡Impactante! De alguna manera,Camus despliega una crítica a las pautas establecidas en la sociedad:

- Pero señor Meursault, ¡cómo no se va a defender usted!

¿Es posible romper con las convenciones, poner en duda lo que "debe" pasar o discutir lo que siempre se hace? Si que es posible aunque para ello es condición necesaria que reine la creatividad. Esta reflexión me permite volver al desayuno en Banco Exterior, en el que hablábamos de los beneficios de disponer de la tecnología chip en las tarjetas de crédito y débito en términos de seguridad. Esa tecnología permite reducir el fraude, una lacra permanente en el mundo de la tarjeta, pero no lo evita radicalmente porque siempre los amigos de lo ajeno buscan como vulnerar los protocolos de seguridad. La clave según mis colegas, lejos de tener un comportamiento apático y conformista como el buen Meursault, es la de "picar adelante", es decir, adelantarse a lo imprevisto, imaginar como hacer para llegar a la solución antes que los amigos de lo ajeno generen el problema.

¿Y que debe hacerse para conseguir esa fórmula mágica de "picar adelante"? Bueno, días atrás me entrevistó Vicente Passiarelo en Actualidad Radio. El motivo por el que tuve la oportunidad de participar en su programa, "Cápsulas del Exito", fue la publicación de mi libro El Arte de ser Humano (en la empresa). A Vicente le interesó conocer más del propósito del libro y tuvimos una agradable conversación (escúchela en el link adjunto si dispone 49 minutos.....) acerca del liderazgo, de la gerencia y de la importancia que las personas tienen en el éxito de cualquier proyecto profesional. Durante la entrevista un oyente preguntó acerca de cuál es la fórmula para liderar en tiempos de crisis. En mi opinión, la mejor fórmula que se conoce para afrontar los malos tiempos es preparar la empresa en los tiempos de bonanza. Tremendo reto mirar al largo plazo cuando los resultados son extraordinarios, ¿no le parece? Y aquí es donde veo la semejanza entre el equipo de Exterior y los dos grandes tenistas Nole y Rafa. La competencia entre estos dos campeones para "imaginar" lo que iba a hacer el otro fue increíble en ese partido de Australia. Llegar a ese nivel de capacidad para la lucha, para dar un golpe extra cuando el oponente ya no lo espera, radica desde luego en la mentalidad combativa, ambiciosa y ganadora de ambos, pero también en la planificación, en el entrenamiento y en el conocimiento profundo del oponente.

En ese sentido, he leído reciéntemente un post de Sibarski en la página de Rankia en el que se hace una interesante explicación de una teoría relativamente reciente denominada Behavioral Finance. ¿De qué se trata? Cito el blog donde se explica que las Finanzas del Comportamiento, Finanzas Conductuales o Behavioral Finance, engloban todos aquellos planteamientos sobre mercados financieros que tratan de explicar el comportamiento de los inversores, es decir, por qué hacemos lo que hacemos, por qué compramos y vendemos en cada momento y qué nos influye para tomar esas decisiones. Yo diría que picar adelante es una suerte de adaptación tropicalizada de esta nueva línea de pensamiento basada en el conocimiento. La dinámica de anticipar la dirección hacia la que debe orientarse nuestra responsabilidad es el resultado de una cultura empresarial y, sin duda, de ejecutivos que tengan siempre el apetito por ganar el siguiente punto, tal y como Nadal y Djokovic nos mostraron en aquella épica final.

Tener el ambiente adecuado para que los profesionales de la empresa se preparen para picar adelante es responsabilidad de los líderes estratégicos. Parafraseando a N.R. Narayana Murrthy, Chairman and Chief Mentor de Infosys,


Nuestros principales activos en la empresa se van cada tarde. Es nuestro deber asegurar que estos activos retornen a la mañana siguiente, mental, físicamente y energéticamente entusiasmados

Cierto. Lo comparto 100%. Pero no hay que olvidar que cuidar el ambiente que haga propicio el desarrollo de la actitud de picar adelante es, ante todo, una responsabilidad que debe desarrollar cada uno en sus códigos de actuación personales ¡Atrévase!


Raúl Baltar

13 de febrero de 2012

EL ARTE DE SER HUMANO (en la empresa) ........


Desde que tengo uso de razón dedico un tiempo considerable de mi vida a leer. Adoro la lectura desde que comencé a devorar las novelas de aventuras de Verne, Dumas o Salgari, para pasar pronto a descubrir a Salinger, Galdós, Capote o Tolstoi. Y a partir de esos momentos nunca he dejado de leer hasta el día de hoy. Por muchas razones. 

Una de las cosas geniales que tiene la lectura es que desarrolla algunas habilidades, genera reflexiones y fabrica inquietudes. En mi caso, una de las inquietudes que la lectura despertó los últimos años fue un cierro anhelo por dar algunos pasos en la escritura. Así, en repetidas ocasiones, había afirmado con algo de timidez mi intención de escribir, añadiendo a continuación un prudente “cuando tuviera tiempo disponible”. Fue el sentido común el que me hizo ver donde tenía el tiempo disponible que necesitaba, sugiriéndome que dejara de lado alguno de los 30 libros que leo anualmente, utilizando ese tiempo para las primeras prácticas en el terreno de la escritura. Y así lo hice. Comencé a escribir un blog y, post a post, fue tomando forma lo que terminó naciendo como “El arte de ser humano (en la empresa)”.



Encontrado el tiempo necesario, mi siguiente paso era la elección del tema sobre el que Raúl Baltar, economista y empleado de la banca, quería escribir. Me pareció que lo más interesante era comenzar explorando en una zona de confort muy cercana, como lo es mi experiencia profesional. Quienes me conocen saben que le dedico muchas horas de mi vida a trabajar y también que mi posición profesional es un observatorio privilegiado que me permite contrastar a diario las divergencias entre lo que las “organizaciones quieren” y lo que las “personas interpretan” como su papel en la vida de la empresa. En ese sentido, hace tiempo entendí que una organización empresarial es un concepto, un logotipo, que no significa nada si se aísla de que quienes le dan sentido: las personas ¿Por qué entonces no escribir con esa orientación?

Puedo comprobar todos los días que el estilo de liderazgo actual es diferente a lo conocido hasta hace relativamente poco tiempo. Ya no es válida la oficina de la esquina donde el gerente se aislaba y dirigía una organización sin mirarla, sin sentirla y sin apenas conocerla. Hoy en día descubrimos que el liderazgo es algo muy diferente, que esa diferencia es buena y que, además, debe ser extendida hacia todos los que se puedan (o quieran) “contaminar” de la misma. Contaminarse supone estar integrado e inmerso en la cultura organizacional y la cultura debe estar respaldada por una estrategia corporativa. Si la estrategia es conocida por todos entonces está garantizado que cada quien entenderá para qué y por qué trabaja cada día. Los tiempos han cambiado y ya no se trata de seguir un manual que nos dice lo que hacer sin discutir. La narrativa actual se estructura sobre el conocimiento primero y sobre el entendimiento después, de manera que se pueda compartir cuál es el propósito al que uno dedica una buena parte de su vida.

Entendí entonces que quería escribir acerca de las organizaciones empresariales, con especial atención a las conexiones que tienen las personas con los distintos mundos sobre los que se arma el universo profesional. Conceptos como calidad, trabajo en equipo, eficiencia, creatividad, planificación estratégica o comunicación son muy cercanos a todos los colaboradores en una organización empresarial.

El genial Groucho Marx decía:

- Tengo una respuesta...¿Alguien tiene una pregunta? 

Aunque divertida la expresión, sin seguir entonces los postulados de Groucho, nace todo alrededor de una pregunta:

¿Son los colaboradores de una empresa realmente conscientes del protagonismo que tienen en la construcción, el desarrollo y la sostenibilidad de la planificación, los procesos o la calidad?

Intento en el libro resolver esa pregunta y aportar algunas respuestas. El avance o retroceso de un proyecto está íntimamente relacionado con la actitud de las personas que son protagonistas del mismo y no tanto con una prodigiosa ingeniería de procesos. Mi objetivo fue y sigue siendo reflexionar acerca de la interpretación de las cosas que pasan en el trabajo e intentar convencer a los lectores que el ser humano, a pesar de que queda normalmente relegado como algo abstracto, es normalmente el problema y también la verdadera clave de la solución.

Más veces de las que nos imaginamos las cosas son protagonizadas por el sentido común y la sencillez. En este libro he intentado que lo sencillo sea protagonista y espero haber utilizado esa sencillez con corrección para mostrar algunos comportamientos empresariales que, no por ser explicados desde el plano de la fluidez, dejan de ser muy complejos y desde luego vitales para el funcionamiento eficaz de las organizaciones.


Raúl Baltar